COLÔMBIA |

Tengo 64 años, nací en Cali, Colombia. Soy fotógrafo desde mis 18 años, empecé con un curso de un año en una escuela de publicidad. Mi padre era fotografo y me heredó su cámara Rollei. Con mis primeras ganancias compré lo necesario para hacer mi laboratorio analógico en BN. En el 82 fui laboratorista de Fernando Berón, fotógrafo caleño, por un par de años. En 1985 y 1986 hice grabado en el Taller del maestro Fabio Daza. Por mis ocupaciones dejé la fotografía analógica; y en el 2000 me encontré con el phothoshop. En 2009, en Bogotá, puse una muestra de fotografía digital tamaño 20 x 28. En 2011, colgué la serie Ventanas Rotas, y una experimentación libre sobre cultura de la violencia. Series que hacen parte de varios experimentos. Comunicador, UniValle, 1982. Grabador, Taller Fabio Daza, Cali, 1984-86 Fotógrafo, 2005. Bogotá. EXPO: SOBREEXPUESTOS, Bogotá, Liberia Luvina, 2009. Muestra de 11 fotografias 8×11, VENTANAS ROTAS, SEÑALES DE MUERTE, Bogotá, Liberia Luvina, 2011. Muestra de 14 fotografias, 8×11. URBANIDADES, New York, New Century Artists, Fotografías Fine Arts Gran Formato. 2014. Galería Casa ProARTES, Cali mayo 2016. Universidad Autónoma, Cali Sept 2016. AUTORRETRATOS, Avintes, 2017 Colectiva en Festival iNstantes 2017. Colectivo Octoacto ELEMENTOS – COLOMBIA, OCTUBRE 2017: NO! – EL AMOR, ¿ES MÁS FUERTE? Individual en Bogotá. Muestra de 18 fotografías, tres series. Liberia Luvina, 2018. Individual en Cali. Proartes sep 2018

 

EXPOSIÇÃO: ELEMENTOS

© Juan Franco

Esta idea trae exploraciones de otro tiempo.

Trabajé –por un par de años- en un taller de grabado y aprecié mucho mucho el tema de las texturas, los trazos, las masas de gris y los contornos logrados con la técnica del aguafuerte. Por diversas razones no pude continuar en el taller en aquel tiempo. Pero el gusto venía de antiguo: me interesé hacia mis dieciséis años en el grabado a raíz de una exposición de Juan Antonio Roda en Cali, en el Museo La Tertulia. Recuerdo obras como el Retrato de un hombre Feliz, y algo del Amarraperros y del Delirio de las Monjas Muertas.

Cinco años atrás dicté talleres de fotografía para cinematografistas novatos. Me indagué allí por algo que – si existiese – podría denominar como los “mínimos elementos de lenguaje” de la fotografía.
La conjunción de esos dos recuerdos y la intención de “parafrasear” a Roda impulsan este experimento.

Resuelvo –creo- un problema que encuentro cuando hago fotografía en la calle: la riqueza y multiplicidad de asuntos que suceden me crean dificultades para “escoger” una fotografía “definitiva” y única de lo que registro.
Así que trato de poner en esta suerte de collage la simultaneidad de tiempos, espacios, sensaciones, elementos, que me encuentro en el recorrer de las calles; y en la tarea de construir imágenes con luces, sombras, líneas, texturas, colores, composiciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

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